Casi lleno en Madrid en el mano a mano entre Diego Ventura y Leonardo Hernández.
Diego Ventura se sobrepuso a una tarde en la que los toros de San Pelayo, uno de los hierros de El Capea, no ayudaron a los rejoneadores. Ante el primero fue Ventura a lomos de Nazarí quien lo movió a dos pistas y cerrar con Remate y tres cortas. Oreja tras rejón entero. El tercero de la tarde fue un parado ante el que le tuvo que hacer todo y no le dio el movimiento necesario para lucir su cuadra. Fue silenciado tras fallar con los aceros. Los momentos más intensos de la tarde llegaron ante el quinto. Fue un toro que sin dar las embestidas necesarias para el disfrute del público, a Ventura le sirvió para lidiar y levantar a los tendidos con Nazarí y arriesgar y arrimarse con Bombón. Oreja tras estocada fulminante y ello suponía la decimoquinta Puerta Grande para Diego Ventura que volverá el próximo 9 de junio.
Leonardo Hernández se entregó con total disposición toda la tarde. Destacó en el segundo de la tarde con Sol a dos pistas y cierre con Xarope antes de pinchar y saludar ovación. El cuarto fue un manso que incluso saltó las tablas y que se lo puso difícil al rejoneador. Esa condición se lo puso complicado, a destacar el par a dos manos. Pegado a tablas, le dificultó la suerte suprema y fue silenciado. Faena meritoria al del sexto. Buscaba también tablas pero lo amarró en los medios para levantar con Xarope a parte del público. Pinchó en una primera ocasión pero el público pidió igualmente una oreja concedida.
21.243 espectadores