Parladé
Divisa
Propietario
Sociedade Agropecuaria do Río, L.D.A
Representante
Juan Pedro Domecq
Señal
Muesca en la derecha y zarcillo en la izquierda
Fincas
La Góa - Granja Alentejo (Alentejo) Portugal
Procedencia
D. Luis Gamero Cívico-D. Juan Pedro Domecq y Díez
Antigüedad
23/05/1913
Antecedentes
Don Eduardo Ibarra adquirió en 1884 la mitad de la ganadería de doña Dolores Monje, viuda de Murube. En 1904, despues de sucesivas ventas parciales, fue adquirida una parte por el Conde de Santa Coloma y otra por don Fernando Parladé. En 1914, el señor Parladé, tras vender asimismo parte de la ganadería en varios lotes, la vendió a don Luis Gamero Cívico y al fallecimiento de éste, en 1921 se hicieron cuatro lotes para don Luis, don Manuel, don José y doña Juana, los cuales, en 1925 vendieron cada uno de ellos sus porciones siendo adquiridas dos de ellas por don Ernesto y don Manuel Blanco. En 1934 la adquirieron don Clemente Tassara y don Domingo Ortega, sufriendo una importante reducción en 1980. En 1986 es adquirida por don Domingo Hernández, que posteriormente la vendió a la Sociedade Agropecuaria Do Río, incorporando dicha sociedad a las reses existentes un lote de don Juan Pedro Domecq, buscando que fueran animales sin cruce Veragueño por lo que puede decirse que sigue siendo pura Vistahermosa-Parladé.
Encaste
El fundador de esta estirpe de ganaderos, Juan Pedro Domecq y Núñez de Villavicencio, compró a principios de 1930 la ganadería del Duque de Veragua a Manuel Martín Alonso, quien se había hecho con el hierro ducal dos años antes. Juan Pedro hizo caso de las recomendaciones que le dio el también ganadero Ramón Mora Figueroa y entre 1930 y 1931 adquirió al Conde de la Corte cuatro sementales, Llorón, Carabello, Chucero y Bodeguero, así como dos puntas de vacas. Tras el fallecimiento del fundador, en 1937, se encargó de la ganadería su hijo, Juan Pedro Domecq y Díez, quien añadió reses de Mora Figueroa, con sangre Conde de la Corte y García Pedrajas, ambas de origen Parladé. Todos los especialistas consideran que el señor Domecq Díez consiguió crear un encaste propio, depurando y mejorando el concepto de bravura. Los toros de este encaste suelen ser bajos de agujas, finos de piel y de proporciones armoniosas. Las encornaduras tienen un desarrollo medio, pudiendo crecer en forma de gancho o gatillo (engatillados). El cuello es largo y descolgado, el morrillo bien desarrollado y no tanto la papada. Los pelos predominantes son negros, colorados, castaños y tostados. Pueden aparecer los jaboneros y ensabanados por la influencia de la casta vazqueña. En cuanto al comportamiento, este encaste conserva la cualidad de ir a más. Se arranca pronto y lo hace galopando, con alegría y fijeza en los trastos de torear.