VICTORIANO DEL RÍO


Divisa

VICTORIANO DEL RÍO

Propietario

Medianillos Ganadera S.L.

Representante

-

Señal

Muesca en ambas

Fincas

‘El Palomar’, Guadalix de la Sierra (Madrid); Monte ‘San Martín’, Mayorga (Valladolid)

Procedencia

D. Juan Pedro Domecq y Díez.

Antigüedad

12/07/1942

Antecedentes

Por división de la ganadería de don Juan Guardiola Fantoni, que procedía de Gamero Cívico, uno de los lotes correspondió a su hijo don Manuel Guardiola Soto, el cual lo vendió en 1951 a don José Luis Vázquez Garcés, agregando vacas y sementales de Santa Coloma. En 1973 la adquieren los Hermanos Vázquez Silva vendiéndola en 1982 a Doña Leandra Díaz Martínez, que anuncia “El Retamar”. En 1985 la adquiere su actual propietario, que elimina todo lo anterior y la forma con un lote de don Juan Pedro Domecq, otro de don Luis Algarra Polera junto con el semental Aldeano y setenta vacas y tres sementales de “Jandilla”. Posteriormente agrega más vacas de “El Torreón”. En 2002 compró por sorteo una octava parte de la ganadería de “Toros de El Torero”, todo de procedencia Juan Pedro Domecq y Díez.

Encaste

El  fundador   de   esta   estirpe  de  ganaderos,  Juan  Pedro  Domecq  y  Núñez  de Villavicencio,  compró  a  principios  de  1930  la  ganadería  del  Duque  de  Veragua  a Manuel Martín Alonso, quien se había hecho con el hierro ducal dos años antes.  Juan Pedro hizo caso de las recomendaciones que le dio el también ganadero Ramón Mora   Figueroa   y   entre   1930   y   1931   adquirió   al   Conde   de   la   Corte   cuatro sementales, Llorón, Carabello, Chucero y Bodeguero, así como dos puntas de vacas.  Tras el fallecimiento del fundador, en 1937, se encargó de la ganadería su hijo, Juan Pedro Domecq y Díez, quien añadió reses de Mora Figueroa, con sangre Conde de la Corte y García Pedrajas, ambas de origen Parladé. Todos los especialistas consideran que el señor Domecq Díez consiguió crear un encaste propio, depurando y mejorando el concepto de bravura. 

Los toros de este encaste suelen ser bajos de agujas, finos de piel y de proporciones armoniosas. Las encornaduras tienen un desarrollo medio, pudiendo crecer en forma de gancho o gatillo (engatillados). El cuello es largo y descolgado, el morrillo bien desarrollado y no tanto la papada. Los pelos predominantes son negros, colorados, castaños y tostados. Pueden aparecer los jaboneros y ensabanados por la influencia de la casta vazqueña.  En  cuanto  al  comportamiento,  este  encaste  conserva  la  cualidad  de  ir  a  más.  Se arranca pronto y lo hace galopando, con alegría y fijeza en los trastos de torear. 

Árbol genealógico